Árboles singulares

Saviñán conserva en su ingente patrimonio natural un recurso de disfrute y futuro, y una de sus señas de identidad más característica. Desde antiguo nuestros antepasados se han dedicado al cultivo de los árboles frutales y ornamentales, destacando en su propagación en los viveros, en su cuidado y en el delicado y exquisito trabajo de sus frutos.

Antiguamente la estrecha vega, regada por el Jalón, y los montes, que aprovechaban manantiales y barranqueras, estaban plantados de olivos negrales, una variedad autóctona que produce un excelente aceite y unas olivas que pueden comerse secas. Más tarde llegarían los frutales de todas las especies.

En Saviñán se conservan numerosos ejemplares de árboles singulares, como el enebro de Valcardera, verdadera joya natural, por su longevidad y porte. Tampoco faltan las encinas, pinos, cipreses  y los árboles de ribera.

En los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado, se arrancaron numerosos ejemplares de olivos centenarios en la Aldehuela y Valdemoro, que embellecen algunos jardines de grandes ciudades. Todavía quedan bellos ejemplares de olivos en Valcadera y Trasmón, con sus riegos centenarios. Saviñán sigue dando vida a la vida.