Saviñán tiene caminos de ribera y sendas de sierra. Caminos que nos llevan en fiesta y romería a sus ermitas, que nos conducen por las vegas del Jalón a los pueblos vecinos. Caminos de trabajo diario, que cruzan las acequias de riego, junto a corrales de ganado, albercas, manantiales, casetas de campo y olivares.

Las hoces del río Jalón son únicas por su belleza y por su paisaje. Las estaciones pintan el paisaje de distintos colores, bajo un cielo casi siempre completamente azul. La brisa que sigue la ribera del río y los aires de los cuatro puntos cardinales, consiguen que muy pocos días la niebla consiga permanecer en su ambiente y los días de invierno sean fríos pero soleados.

Saviñán todavía mantiene un paisaje muy humanizado, con huertas, campos, bodegas, eras de trillar, azudes y acequias. En él destaca también su patrimonio arquitectónico, tanto civil como religioso, y su cuidado entorno.

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