MANUEL SANJUAN LAFUENTE

Algunos autores califican, con razón o sin ella, a Saviñán como cuna de los viveros en España. Carecemos de datos para confirmar esta afirmación, pero corroboramos que la actividad del vivero tuvo una gran importancia en Saviñán en la segunda mitad del siglo XIX y casi todo el siglo pasado. Algunos viveristas establecidos actualmente en La Almunia, Calatayud, Guadalajara, Salamanca, Valladolid o Palencia, descienden de Saviñán. Uno de los establecimientos de más renombre fue Viveros Manuel Sanjuan, que fue fundado en 1870.

Viveros Monserrat, establecimiento de Arboricultura, Agricultura y Horticultura, situado en la Torre de Monserrat, en el Rabal zaragozano, decía ser la casa más antigua de Aragón, pues se había fundado en 1847. En sus catálogos, Viveros Gimeno de Saviñán también se anunciaba como la casa más antigua de Aragón, aunque desconocemos el año de su fundación. El establecimiento del horticultor barcelonés Manuel Aldrufeu databa de 1856, el del horticultor bilbaíno Juan Cruz de Eguileor e Hijos se había fundado en 1866, el de David Alsina Gel, arboricultor de Reus, en 1870 y el del horticultor valenciano Pedro Veyrat en 1875. Los Establecimientos Vitícolas de Pedro Casellas, situados en San Andrián de Besós, que comercializaban vides, pulverizadores, bombas y productos fitosanitarios, se habían creado en 1876. En 1886 comenzó a funcionar el del horticultor barcelonés Miguel Cortes.

Entre los extranjeros cabe destacar el de Simon Louis Frères que, según se apunta en su cuidado catálogo de 1933, había sido fundado en Mezt en 1666. El establecimiento de Byouet Frères, de Overveen-Haarlem, Holanda, dedicado al cultivo de flores, databa de 1818. La casa francesa Croux Fils, domiciliada en Chatenay-Malabry, había sido fundada en 1836 y dos años más tarde se crearía la de Marcel Minier Fils, de Angers, dedicada a la Horticultura y Arboricultura. Los establecimientos hortícolas de Bénard y Compañía se habían puesto en marcha en Orleans en 1849. El de semillas y plantas de Rivoire Padre e Hijos funcionaba en Lyon desde 1859. Batlle e Hijos, establecida en Ille-sur-Têt, era la sucesora de Batlle Frères, fundada en 1860, y de Jocelyn Fenouil, sucesor a su vez de Jean Bartre, cuyo establecimiento dedicado a la Horticultura se había fundado en 1825. Desde 1868 funcionaba el establecimiento austriaco de A. Grünwald, dedicado a las semillas de plantas forestales. El americano de Fancher Creek Nurseries, de Fresno, California, dedicado a la Horticultura y Fruticultura, se había creado en 1884. Desde 1893 funcionaba en Le Mans la casa Achain y Vérité, antigua casa Fautrat, Achain y Simon. Y desde 1898 lo hacía la sociedad anónima holandesa Fred. de Meulder, de Rozenheim-Lisse. Con todos ellos tuvo alguna relación comercial Viveros Manuel Sanjuan.

Manuel Sanjuan Lafuente nació en Saviñán en 1849. Era hijo de Pascual Sanjuan y de María Lafuente, que habían contraído matrimonio en la parroquia de San Miguel Arcángel de la Señoría de Saviñán en 1847. Sus abuelos eran Antonio Sanjuan y Francisca Judez, esta última de Chodes, y Matías Lafuente y María Grima, todos ellos jornaleros de la Señoría de Saviñán. Manuel Sanjuan Lafuente casará en San Pedro de Saviñán el 23 de febrero de 1872 con la joven de 19 años Isabel Mené Lacruz, cuya familia paterna descendía de Ateca. De este matrimonio nacieron al menos cinco hijos, entre ellos Juan Pascual en 1881, que heredaría el negocio paterno. Isabel Mené, con 31 años, murió el 17 de julio de 1885 a consecuencia del cólera. También murieron en este mes de julio y a consecuencia del cólera dos tías de Manuel Sanjuan, Tadea Sanjuan Judez, de 71 años, y Manuela Pablo Val, de 64 años, que estaba casada con Antonio Sanjuan Judez. A los pocos meses, el 4 de enero de 1886, vuelve a contraer matrimonio en San Pedro de Saviñán el viudo Manuel Sanjuan, de 37 años, con la joven de 17 años Joaquina Lacruz Sánchez. El nuevo matrimonio tiene al menos ocho hijos, entre ellos Manuel, nacido en 1893, y Aquilino, nacido en 1896, que continuarían el negocio paterno. Manuel Sanjuan quedaría de nuevo viudo en 1917, al morir su mujer Joaquina Lacruz de 48 años de embolia cerebral, en la finca de Carcenique, donde tenía sus viveros y almacenes.

En una circular fechada el 1 de julio de 1926, Manuel Sanjuan Lafuente anunciaba que «flaqueando ya mi naturaleza, aunque no mi amor a la profesión, he decidido, (y así lo hago saber a mis apreciables clientes), retirarme del negocio, dejando al frente del establecimiento a mi hijo Pascual Sanjuan Mené, quien habiendo llevado desde hace 20 años la dirección del mismo, es completa garantía para proseguir con firmeza el camino por mí iniciado». El hijo, al recibir el testigo, sentía «dos inmensas satisfacciones»: la de seguir «la senda paternal trazada» y la de «perpetuar la memoria y el buen nombre de mi padre, poniendo desde hoy por nombre comercial de este establecimiento por él fundado `Viveros Manuel Sanjuan’, en cuyo recuerdo ha de encontrar su clientela motivo y garantía de una leal y honrada continuación». También informaba a sus clientes que había otorgado poderes notariales, para que lo representara su hermano Manuel Sanjuan Lacruz, dado que «la índole y extensión de estos cultivos no permiten fácilmente hacer acto de presencia en todas operaciones y momentos». Manuel Sanjuan Lafuente morirá en Saviñán en 1932.

Pascual Sanjuan Mené (1881-1972) casó con Paula Sardaña Sanz, maestra nacional, de la que tuvo al menos cinco hijos: Concepción, nacida en 1906, Pascual (1907-1995), María Julia (1909-1997), Fernando (1911-1971) y Jaime (1913-1989).

Pascual Sanjuan Mené fue alcalde de Saviñán en 1925 y 1931. En su primer mandato pavimentó las calles, colocando bordillos y aceras, plantó los plataneros de la subida al apeadero del ferrocarril, repobló con pinos los alrededores de la ermita de San Roque, en una emotiva fiesta del árbol, a la que asistieron todos los escolares, que escucharon muy atentos las palabras del párroco, del alcalde y de los maestros, abrió unas nuevas escuelas, junto a un pequeño parque que serviría de recreo, y colocó un moderno peirón dedicado a la Virgen del Pilar a la entrada del pueblo. Aquel año de 1925 el Gobernador civil Salazar inauguró la fuente pública de la Señoría con su abrevadero. Pascual Sanjuan estaba de alcalde del pueblo en 1929, cuando en la madrugada del 2 de noviembre de aquel año chocaron dos trenes en el puente de la Pulida de Saviñán, el expreso de Barcelona que subía hacia Calatayud y un mercancías que bajaba hacia Zaragoza. A resultas murió el fogonero del mercancías llamado Mariano Laguna Casado, que contaba 26 años. Al oír el estruendo, los vecinos se alarmaron y acudieron a auxiliar a los viajeros.

El Imparcial de Madrid publicó una pequeña reseña el 3 de noviembre con el título de: «Un gesto de hidalguía racial» y El Sol publicó otra el día 5, en la que decía que los viajeros recibieron poco después de las cuatro de la mañana, hora en la que se produjo el accidente, la solidaridad de los vecinos de Saviñán, que les socorrieron con café, dulces, licores y vendas. «La población ocasional del tren expreso, tan distinguida, tan superior en la vida social a la del humilde pueblo aragonés, comenzó por sentir una gran curiosidad primero, y luego una extraordinaria gratitud, porque aquellas personas humildes que les servían y los cuidaban, dándoles probablemente lo único que tenían en sus casas, no quisieron cobrar nada por ello, a pesar de rogárselo reiteradamente los viajeros, que además quisieron pagarlo con esplendidez». El alcalde Pascual Sanjuan recibió a los pocos días abundantes cartas y telegramas de felicitación, entre ellas una del responsable de Correos del expreso siniestrado, J. Fernández Cob, en la que mostraba su gratitud por el comportamiento del vecindario, que ayudó a trasladar a otro tren que llegó para recoger a los viajeros, las 600 pesadas sacas, muchas de ellas con objetos de valor, «sin la menor avería ni extravío». El 8 de noviembre apareció en El Noticiero de Zaragoza un artículo de Pascual Sanjuan Mené en el que explicaba el suceso y su aturdimiento ante las numerosas felicitaciones recibidas. Emilio Alfaro firmaba otro en La Voz de Aragón el 9 de noviembre, en el que enumeraba las mejoras llevadas a cabo por el Consistorio de Saviñán, que presidía Pascual Sanjuan. El pueblo, que había participado en el Mercado Típico de la Semana Aragonesa en la Exposición Internacional de Barcelona, necesitaba ayudas económicas para que pudieran terminarse las obras de limpieza que entonces se estaban acometiendo, aunque también se pedía una estación de ferrocarril. Aprovechando esta favorable coyuntura, el alcalde y los concejales Pina y Gómez viajaron a Madrid, visitando las redacciones de El Imparcial y El Sol, para darles las gracias y explicarles que el pueblo estaba necesitado de una estación de ferrocarril. El doctor Mariano Alvira Lasierra (Saviñán 1883 – Zaragoza 1973) aseguraba a don Pascual en una nota manuscrita que si conseguían que estos periódicos se preocuparan del tema de la estación de ferrocarril, toda la prensa de Zaragoza se pondría a su favor y presionarían para sacar adelante la anhelada estación para Saviñán. Una vez hecha la petición, su estudio por la Dirección de Ferrocarriles se iba a encontrar con un movimiento de opinión favorable, orquestado por estos medios de comunicación, que iban a dar como resultado que Saviñán tuviese su propia estación. El apeadero de Saviñán se construyó en los años de la guerra civil, entrando en funcionamiento el 15 de agosto de 1938.

En 1925 la Caja de Provisión Social de Aragón instituyó en la región la obra de Homenaje a la Vejez. Paula Sardaña, defensora de estos homenajes, publicó una reseña en el diario Amanecer en la que decía que Saviñán había sido uno de los primeros pueblos de la provincia que había comenzado a celebrar estos Homenajes a la Vejez. Paula Sardaña regaló a las escuelas de niñas un Sagrado Corazón que se entronizó el 1 de junio de 1946, editándose para aquella ocasión unas estampas con la siguiente súplica: «Haced Señor, por vuestro amor a las criaturas, que estas Escuelas sean siempre católicas, dirigidas toda la vida por maestras católicas, que sepan educar a sus discípulas en el ambiente cristiano, que las prepare a ser mujeres cristianas de las que saben dar honra a Dios y verdadero provecho a la sociedad». Paula Sardaña, ya jubilada, murió en Saviñán el 31 de marzo de 1958.

A finales de los años treinta, todavía figura como sucesor de la firma Viveros Manuel Sanjuan, Pascual Sanjuan Mené (1881-1972). Poco después se desligaría de su hermano Manuel Sanjuan Lacruz y fundaría Viveros Sanjuan en la finca de Jumanda de Saviñán. Le sucederían sus hijos Pascual, que fue alcalde de Saviñán en 1953, Fernando y Jaime Sanjuan Sardaña. Fueron éstos los que vendieron Viveros Sanjuan de Jumanda a la firma Nonay Gil Hermanos, a mediados de los años setenta. En un folleto, avance de la campaña 1976-1977, editado por Gráficas Crespo de Saviñán, se enumeraban los premios alcanzados por Viveros Sanjuan: Medalla de Oro en la Exposición de Productos del Campo, Zaragoza, 1926, Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Horticultura, Madrid, 1930, Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Horticultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, 1930, Medalla de Plata en la Exposición Nacional de Horticultura, Madrid, 1930 y Diploma de la Societé Nacionale D’Horticulture de Francia, París, 1935. Aunque no se mencionaba en este folleto, Viveros Manuel Sanjuan también logró una Mención honorífica en la Exposición Aragonesa de 1885.

  Los hermanos Manuel y Aquilino Sanjuan Lacruz continuarían con el negocio paterno en la finca de Carcenique. Manuel moriría soltero en Zaragoza en 1990 y los hijos de Aquilino, muerto anteriormente, heredarían esta finca, abandonando la actividad de los viveros y dedicándose a la fruticultura.

El Catálogo más antiguo conservado de Viveros Manuel Sanjuan es de la campaña 1919-1920, que hacía el número 17. Todos los catálogos conservados y los extractos de estos catálogos generales se imprimían en la madrileña Tipografía Artística, que abría sus puertas en la calle Cervantes, número 28. Normalmente para cada campaña se editaba un extracto y el catálogo general se editaba cada seis o siete años. En este catálogo general de la campaña 1919-1920 se informaba que la casa estaba especializada en el cultivo y variedad de árboles frutales, que se llevaba a cabo en 24 hectáreas de viveros distribuidas en Sabiñán, Paracuellos de Jalón, Morés, Calatayud, La Almunia y Ricla. Aunque no se despreciaban las variedades autóctonas, Manuel Sanjuan también coleccionaba «todas las variedades de más mérito que me dan a conocer las publicaciones y mis viajes de observación». Manuel Sanjuan decía intervenir en todas las operaciones de cultivo, lo que le permitía competir con ventaja con otros establecimientos. El viverista confirmaba que como los árboles se criaban en tierras muy fértiles y aguantaban los rigores del frío y del calor, se aclimatarían bien en todas las latitudes.

En este Catálogo se ofertaban 24 variedades de albaricoques, entre ellos el Antón, Amoscatelado, Blanco de Murcia, Moniquí, Paviot y el Zaragozano. De cerezas se citaban 14 variedades, entre ellas la Corazón de pichón, de la Piedra y de Monzón, y tres variedades de guindos: Garrafal de Toro, de Tomatillo y Reina Hortensia. De ciruelas se apuntaban 27 variedades, entre europeas y japonesas. Entre las primeras se anunciaban las Carabocanas, Cascabelillos o Mirabel, de Pasa, Fraila, Verde de Todos los Santos, que se recolectaba para esta fecha y se guardaba hasta febrero o marzo, y las Reinas Claudias Verde, Tolosa, Dorada, Violeta, Diáfana y de Razimban. Cultivaba 91 variedades de manzanas, incluyendo las variedades de sidra. A excepción de las reinetas y verdedoncellas, el resto no se cultiva y lo que es peor, se ha perdido irremediablemente un valioso legado vegetal. Entonces se anunciaba la Camuesa castellana de Daroca, Camuesa fina encarnada, Camuesa castellana de verano, Camuesa blanca de verano, Camuesa Real, Castellana de Luco, Comadres o Pichonas, Comadre capuchina, de San Juan, Esperiega fina, Esperiega de Ademuz, Garcías, Miguelas de Ademuz, Orteles, Regalo del General, Repinaldos, Sanroqueras, Trifalo de Aranjuez y Verdedoncella blanca y encarnada, además de 16 variedades de Reinetas. De melocotones citaba entre otros a los de Campiel, de gran fama, Blanco de Borja, Zaragozano, Amarillo de Sástago, de Gallur y de Grío, además de duraznillas, pavías y bruñones. Entre todos ellos sumaban 32 variedades. De peras se ofertaban entonces 118 variedades, entre autóctonas y extranjeras. Entre todas ellas, la mayor parte perdidas, citamos: Abugos o siete en boca, Azúcar verde, la mejor para confitar, Calabaza Real, Castell, Cristalinas de verano o de San Juan, de Agua o blanca de Aranjuez, de Limón, Donguindo de verano o de Buen Cristiano, Donguindo de invierno, empleada para cocer, del Cura, también para confitar, de Ruga, de Roma, «la famosa de Aragón, la mejor de las variedades de invierno», Espadón de agua, Gamusinas, Imperial hoja Roble, la Francia, Leonardeta o de Magallón, Malacara, Muslo de Dama, Piña de América, Princesa de Asturias, San Antonio, Sanroqueras, Sidería de verano o manteca dorada de Bilbao, Ternales y Triunfo de Viena. De olivos cultivaba el empeltre de Navarra, Arbequines y el Negral de Saviñán, que era «la superior, tanto para la fabricación de aceite fino, cuanto por su fruto comestible después de sazonado». También comercializaba almendros, acerolos, avellanos, azarollos, azufaifos, granados, higueras, palosantos, morales, membrilleros, nogales y nísperos. Además favorecía la compra de colecciones de árboles frutales por Corporaciones municipales para las Fiestas del Árbol, con descuentos y facilidades de pago. Viveros Manuel Sanjuan también cultivaba vides, alcachofas, espárragos, fresas y fresones, frambuesos y groselleros, árboles forestales, arbustos, plantas, tubérculos, bulbos y 281 variedades distintas de rosales. Viveros Manuel Sanjuan era como un arca de Noé del reino vegetal.

 

Francisco Tobajas Gallego

MANUEL SANJUÁN CON SU HIJO PASCUAL. FOTOGRAFÍA: ASOCIACIÓN CULTURAL SABINIUS SABINIANUS.

VIVEROS MANUEL SANJUÁN, 1899. FOTOGRAFÍA: ASOCIACIÓN CULTURAL SABINIUS SABINIANUS.