EDUARDO ANLLÓ Y ORRIOS «NACIONAL III»

En San Pedro de Saviñán casaban en 1868 el guardia civil Pedro López Bermúdez, de Lugo, con Basilia Raga Sancho, y en 1870 lo hacía Antonio Vergara Cuenca, guardia civil de primera clase del séptimo tercia acantonado en Saviñán, aunque natural de Moros, con Gaudiosa Gumiel Hernández.

En el padrón parroquial de Saviñán, correspondiente al año de 1885, se contabilizaban mil seiscientas cuarenta y cinco almas. Mil doscientos nueve vecinos se confesaron y comulgaron, solamente se confesaron ciento noventa y cinco, ocho no cumplieron con el precepto pascual, a pesar del aviso del párroco mosén Juan-Antonio Bravo, y dos eran «idiotas»: Pedro-Antonio Gracián y Antón Benedí Serrano.

Los ocho vecinos que no cumplieron se llamaban: Felipe Arguedas Herrero, Pedro Vicente Torrijo, Pascual Liñán Díez, Genaro Álvarez Vuelta, Pedro Gálvez Mañes, Macario Garcés, José Lafuente y Leandro Marín Cubero.

Entonces el cuartel de la Guardia Civil estaba situado en la calle de los Laureles nº 17. Hoy corresponde a los números 14 y 16 de esta calle y aún se conservan las mirillas a cada lado de las puertas para vigilancia. En el nº 8 vivía el notario Federico Crespo, en el nº 18 el veterinario Lucas Wanreich y en el nº 15 Joaquín Pujadas, de setenta y cinco años. En la misma casa y en el segundo piso vivía mi bisabuelo Babil Aznar Morlanes, que era pastor de Pujadas y estaba casado desde 1878 con Eduvigis Lahuerta Franco. Entonces tenían tres hijos: Joaquín (1879-1954), Domingo-Juan (1880-1885) y Lucio (1882-1891). El matrimonio perdió a cinco hijos de corta edad. Domingo-Juan murió de cólera en 1885. Victoria nació a finales de 1886 y murió a principios de 1887, a los dos meses de vida. Y en abril de 1891 murieron tres hijos más. El 3 de abril murió de difteria de laringe Lucio (1882-1891), de nueve años. El 13 de abril murió del mismo mal Bernardo (1888-1891), de dos años. Y el 17 de abril murió Antonio (1885-1891), de seis años, a causa de septicema diftérico con hepatitis.

En 1885 vivían en el cuartel cinco familias. Manuel Garcés Martínez y Victoriana Calonge, Mariano Vaquero Martínez y Martina González Gran, Juan Algora Gandul y Tomasa Tarodo, con una hija, Anselmo Salas Navarro y María Vico, con su hijo, y Santiago Casado Domingo y María Hernández, con su hijo.

En 1886 aparecen viviendo en la calle de los Laureles cinco familias de guardias civiles, en 1887 cuatro familias y en 1889 vuelven a ser de nuevo cinco familias.

El 10 de diciembre de 1888 se bautizaba en la pila parroquial de san Pedro de Saviñán a Ramiro Anlló y Orrios, hijo del guardia civil José Anlló Fernández, oriundo de San Pedro de la Triaba, provincia de Lugo, y de Ana Orrios Serrano, de Villarluengo, Teruel. Pero debió morir a corta edad. En el padrón de 1889 la familia Anlló aparece viviendo en el cuartel situado en la calle Laureles, con tres hijos de corta edad: Emilio de cinco años, Cándida de dos años y Casimiro de meses.

La Noche Buena de 1892 nacía en Saviñán Eduardo Anlló y Orrios, hijo del sargento de la Guardia Civil José Anlló y de Ana Orrios. Eduardo, llamado «Nacional III», fue banderillero y peón de brega. Formó parte de las cuadrillas de Cagancho, Gitanillo de Triana, Niño de la Palma «Armillita» y Braulio Lausín «Gitanillo de Ricla». Eduardo tuvo tres hermanos más dedicados al mundo de los toros: Ricardo, Juan y Ramiro.

Ricardo Anlló y Orrios había nacido en Calatayud en 1891. Se hacía llamar «Nacional». Se presentó en Madrid en 1913 como banderillero. En julio de 1916 lo hizo en Madrid como novillero, con Emilio Méndez, toreando aquel año veinticuatro novilladas y cuarenta y tres novilladas en 1917. Tomó la alternativa en Madrid el 19 de mayo de 1918, actuando de padrino Rodolfo Gaona y como testigo Paco Madrid.

Don Ventura decía de él que «era torero con la lección aprendida, que conoce todo el programa y que tiene mano izquierda, de la cual carecen la mayoría de los toreros de hoy». Otro crítico taurino escribía en 1919: «Nacional hereda el puesto de torero serio y enterado que Vicente Pastor dejó vacante». Don Indalecio dijo de él que «fue un buen torero en todos los momentos de la lidia, a quien le faltó alegría en la cara y en los procedimientos para llegar al público».

Toreó bastantes corridas, sufriendo graves cogidas en las plazas de Madrid y de Málaga. Se retiró en la plaza de Tarazona en 1927.

En la riada de 1895 las aguas del Jalón inundaron la iglesia de Alhama, debiendo celebrarse las misas en la ermita de San Roque. En las Termas las aguas alcanzaron seis metros de altura y en el balneario de Guajardo debieron ponerse a salvo de madrugada más de cincuenta bañistas. El guardia civil José Anlló, con al agua al cuello, llevaba a los bañistas a la espalda hasta un cerro contiguo.

En Alhama y en 1898 nació Juan Anlló, «Nacional II». Como novillero actuó por vez primera en la plaza de Cáceres en 1918. Se presentó en la plaza de Madrid el 3 de agosto de 1919, con novillos de Francisco Trujillo, tomando la alternativa en Oviedo el 21 de septiembre de 1921, actuando de padrino José García «Alcalareño» y toreando de segundo espada Emilio Méndez. Confirmó la alternativa en Madrid el 25 de septiembre de aquel mismo año, toreando con Luis Freg y «Valencia», con toros de Matías Sánchez. Toreó mucho, gracias a su toreo temerario y acierto a la hora de matar.

En 1925 Juan Anlló asistía como espectador a una corrida en la plaza de Soria. En una violenta discusión salió en defensa del matador Emilio Méndez, recibiendo un botellazo de otro espectador. Entonces no se creyó que la lesión fuera importante y el torero fue conducido al calabozo con los otros alborotadores. Estando preso su estado se agravó, muriendo dos días después, el 6 de octubre de 1925.

En la cuadrilla de Ricardo y Juan Anlló actuaba como picador Telesforo González Velasco, «Anguila», nacido en Calatayud en 1892.

Ramiro Anlló «Nacional Chico» nació en Madrid. Fue novillero y destacó en Madrid, pero a pesar de su prometedor estilo, no llegó a tomar la alternativa.

La noche del domingo de Pascua de 1893, algunos mozos de Saviñán rondaban por las calles del pueblo sin permiso del alcalde, que había disuelto otras rondas en días anteriores, provocando un cierto descontento entre los vecinos más jóvenes. El sargento de la Guardia Civil intentó disolver la ronda, pero los mozos se resistieron con «frases fuertes». Los guardias consiguieron detener a cinco jóvenes contestatarios. Al día siguiente los jornaleros no acudieron al trabajo, pues se corrió el rumor que los presos iban a ser trasladados a Calatayud. Trescientos vecinos acudieron a la plaza pidiendo la libertad de los mozos y haciendo grupos por las calles, pero el Gobernador envió a veinte parejas de la Guardia Civil para imponer el orden y el traslado de los presos a Calatayud se hizo de madrugada, sin enterarse los vecinos.

En el padrón parroquial del año 1896 el cuartel de la Guardia Civil aparece en la calle Mayor nº 50. En el nº 48 vivía el farmacéutico Joaquín Alvira y su mujer María Lasierra. Así que la farmacia estaba contigua al cuartel, donde vivían cuatro guardias con sus respectivas familias: Pascual Urgel, de treinta y cuatro años, Eustaquio Atance, de treinta y siete, Bienvenido Martínez, de veintiséis, y Bernardo Marín de cuarenta y seis años.

El actual cuartel de la Guardia Civil de Saviñán se sitúa en la calle Nueva. En 1908 la calle Nueva, abierta en el llamado huerto del ciprés de los Funes, aunque luego pasara por matrimonio a los Muñoz de Pamplona, sólo tenía tres números. En el nº 1, luego cuartel, vivían cuatro familias: Florentino Yepes con Práxedes Lafuente, José Salvó y Atania Manuel, Ángel Barranco con sus hermanos y Miguel Cormán con Luisa Navarro. En esta calle y en la casa contigua al que luego fuera cuartel, ya vivía mi bisabuelo Babil Aznar, después de haber vivido en la calle de los Laureles con Pujadas y luego en la calle del Centro, en la llamada calleja del Hospital.

En 1910 la calle Nueva tenía cinco números de casas. En el primer piso del nº 1 vivían mosén Balbino Mateo con Josefa Mateo. El segundo piso estaba ocupado por el médico Tomás Irribarren, su mujer Juliana Pérez y sus hijos Pilar, Tomás, Juliana, Pedro y Martín.

En 1911 el nº 1 de la calle Nueva seguía teniendo dos vecinos: mosén Balbino Mateo y Tomás Irribarren. Los demás vecinos de esta calle eran Babil Aznar con su familia, Roque Moreno, de cuarenta años, que estaba casado con Isabel Marco, de cuarenta y un años, Lucio Sánchez, de cincuenta y cinco años, casado con Inocencia Monreal, de cincuenta y un años, y Antonia Luna, de sesenta y cuatro años, que vivía con Roque Asensio de veintidós años.

En el padrón de 1917 aparecen viviendo en el nº 1 de la calle Nueva cuatro vecinos. En el primer piso vivía Francisco Álvarez, de veintisiete años, con su mujer María-Ángeles Olvés, de veinticuatro años, y su hija Joaquina de un año. En el segundo piso vivía el eclesiástico Jesús Alonso Dalda, de veintiséis años, con su hermana Fernanda de veinticuatro años. En el tercer piso vivía el viudo de sesenta y ocho años Simeón Villalba Sancho, su hija Vicenta de treinta y dos años, y Pedro Miranda Benedí, fundador del Batallón Infantil Patria en 1913, que estaba casado y contaba entonces cuarenta y nueve años. En el cuarto piso vivía la familia Gasca-Ibarra, compuesta entonces por Roque Gasca Escós, de cuarenta y nueve años, su mujer Aquilina Ibarra de cincuenta años, y sus hijos Dolores, de diecisiete años, Luis de catorce y Carlos de doce.

En el nº 3 de la calle vivía Babil Aznar Morlanes, viudo de sesenta y seis años, con sus hijas Felisa de veinticuatro años, Leonor de veintidós años y Presentación de veintiséis años, que ya estaba casada con Joaquín Gumiel Villalba, de veintiséis años. Tenían entonces dos hijos: Joaquín de tres años y Babil de uno.

En el nº 5 de la calle vivía Quinciano Yarza Luna de cincuenta y cinco años, casado con María Luna Millán, de cuarenta y seis años, Domingo Yarza Lázaro, de veintidós, y la sirvienta Petra Urbano. En el Programa de fiestas de san Roque de 1913 se anunciaba el comercio de ultramarinos, harinas y salvados de Quinciano Yarza e hijo, situado en la calle Nueva de Saviñán.

En el nº 4 de la calle vivía Lucio Sánchez Marco, de sesenta y un años, que estaba casado con Inocencia Monreal López, de cincuenta y ocho años.

En el nº 6 de la calle vivía Juan Paciencia Pinilla, de cincuenta y nueve años, casado con Manuela Ibáñez Arévalo, de cincuenta y ocho años, con sus hijos Joaquina de diecinueve años, Juan de dieciséis y Concepción de catorce.

En el padrón de 1920 ya aparece el nº 1 de la calle Nueva convertido en cuartel, pues allí viven cinco guardias: Antonio Álvarez García, de cuarenta y dos años, Pascual Revuelto Millán, de treinta y cuatro años, Felipe Plaza Carrete, de treinta y cuatro años, Inocencio Palacios Palacios, de treinta años, y Rafael Marín García de treinta y cuatro años. Todos estaban casados.

En 1921 residían los mismos guardias. Antonio Álvarez García era cabo. En 1922 debía ser cabo Ángel Gómez Gil, de cuarenta y tres años, que residía en el cuartel con los mismos guardias.

En 1923 el cabo del cuartel de Saviñán se llamaba Félix González González, de treinta y cuatro años, que estaba destinado con los guardias Pascual Revuelto, Inocencio Palacios, Juan Sanz García y Ricardo Forniés López. El 1924 cambiaba el nombre del quinto guardia que se llamaba Cándido González Izquierdo, que tenía veintiséis años.

En 1929 y 1930 estaban destinados en el cuartel de Saviñán un cabo y cuatro guardias.

En 1932 vivían en el cuartel el cabo Gregorio García Pardos, de cuarenta y un años, casado con Francisca Torrijo Luna, con sus dos hijos, el guardia primero Pascual Revuelto Millán, de treinta y cinco años, casado con Simona Tena Gómez, con dos hijas, el guardia segundo Manuel Segura Casanova, de treinta y cinco años, casado con Paz-Marina Gracia Jiménez, con una hija, el guardia tercero Agustín Hernández Esteban, de treinta y siete años, casado con Nicolasa Forniés Jimeno, con un hijo, y el guardia cuarto Jesús Dumper Martínez, de treinta y siete años, casado con Sagrario Martínez González.

En el acta del 7 de abril de 1933 celebrada en el Ayuntamiento se decía que estando próxima la llegada de una pareja de la Guardia Civil al cuartel del pueblo, debían llevarse a cabo las obras necesarias para acondicionarlo. La subasta para las obras necesarias se harían en pliego cerrado.

En 1935 estaban destinados un sargento, Juan Martínez Valtueña, y cinco guardias. En 1936 vivían en el cuartel de la calle conde de Argillo el sargento Juan Martínez Valtueña, de cuarenta y ocho años, casado con Lucía Aparicio Arbués, de cuarenta tres años. Eran padres de seis hijos de entre tres y diecinueve años. El guardia primero era Pascual Revuelto Millán, casado con Simona Tena Gómez. Tenían dos hijas, una de veintiún años y otra de siete. En el piso segundo derecha vivía Jesús Dumper Martínez, casado con Sagrario Martínez González, sin hijos. En el segundo izquierda vivía Julián (en 1932 se cita como Agustín) Hernández Esteban, casado con Nicolasa Forniés Jimeno. Tenían un hijo de seis años. En el tercer piso vivían Feliciano Aldana Jimeno, casado con Josefa Martínez san Gregorio, con sus dos hijas de dos y seis años. En este piso vivía también Zoilo Talavera Valderas, cabo, casado con Bonifacia de la Iglesia, con sus cinco hijos, uno de ellos de pocos meses de vida. Y en el cuarto piso vivía Alberto Roura Suviros, casado con Vicenta Gallego, con sus dos hijos de dos y cinco años.

En el acta municipal del 19 de julio de 1936 se apuntaba que a propuesta del comandante (en 1935 aparece como sargento) de la Guardia Civil, Juan Martínez Valtueña, se había abierto la sesión, con la «necesidad de cumplimentar órdenes superiores». El comandante cesó al Ayuntamiento y nombró una comisión gestora para que constituyera una nueva Corporación municipal.

Leopoldo Navarro Moreno nació en Saviñán en 1850. Su padre, Manuel Navarro (h.1820-1879) era herrero y natural de Morata de Jalón. Sus abuelos paternos se llamaban Serafín Moreno e Ignacia Alcalá, que aunque eran naturales de Carenas, estaban de herreros en Morata del conde. Manuel Navarro Alcalá casó en Saviñán y en 1844 con Josefa Moreno Romero, hija de Ignacio y María-Antonia, que eran herreros en Saviñán. Ignacio Moreno era natural de Torrijo y María-Antonia Romeo de El Frasno.

Leopoldo Navarro Moreno fue albañil y con el tiempo maestro de obras. En Huesca levantó unos bloques de viviendas, construyendo en Saviñán una casa que destinó para uso propio, cuando se jubilara, y que acabó como cuartel de la Guardia Civil. La fachada de la casa de mi bisabuelo y la del actual cuartel, que están contiguos, tienen la misma factura, pudiendo ser obra también de Leopoldo Navarro Moreno. Leopoldo Navarro casó en Saviñán y en 1909 con su sobrina Felisa Cormán Navarro de treinta años. Era hija de Miguel Cormán Villareal y de Luisa Navarro Moreno. Por aquellas fechas aún era vecino de Huesca, donde fue fundador y accionista de la Hidroeléctrica de Huesca. Su hijo Leopoldo Navarro y Cormán fue asesinado en Barbastro, al caer prisionero en los combates de Siétamo, durante la Guerra Civil de 1936-1939.

En el padrón de 1857 la familia Navarro-Moreno aparece citada entre los vecinos incluidos en la calle los Laureles, la Plaza y la calle de Enmedio, desde la casa de Joaquín Pujadas, hasta la esquina de la casa de Domingo Carnicer. Manuel Navarro tenía entonces treinta y siete años y su mujer Josefa Moreno cuarenta y uno.

El matrimonio Navarro-Moreno tenía en 1857 cinco hijos. Mariano de diez años, Luisa de ocho, Leopoldo de seis, Estefanía de cinco y José de tres. Mariano Navarro Moreno nació en 1846, Luisa en 1848, Leopoldo en 1850, Estefanía en 1852, José-María en 1854 y Manuel en 1857, aunque murió en 1862.

Mariano Navarro Moreno casó en 1872 con Ana-María Arenas Pinilla, Luisa casó en 1875 con Miguel Cormán Villareal, carpintero, y José-María casó en 1882 con María-Asunción Calvo Millán.

Francisco Tobajas Gallego, Cosas de mi pueblo, Jigie Seme, 2007

FOTOGRAFÍA: EL RUEDO, Nº 229, 1948.