IGLESIA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

CONJUNTO ARQUITÉCTONICO:

Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.

PROTECCIÓN. HISTORIAL ADMINISTRATIVO:

Declaración: Resolución: 8-7-2002. Publicación: 14-8-2002.

DELIMITACIÓN DE LA TORRE E IGLESIA:

Declaración: Resolución: 25-5-2001. Publicación: 8-6-2001.

PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA:

            Catalogado. Nivel de protección Integral.

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            www.sipca.es

 

 

            La iglesia de San Miguel Arcángel era la parroquia a la que pertenecían los vasallos de la Señoría de Saviñán. La iglesia actual presenta cabecera de testero recto, cubierta por bóveda de crucería estrellada, y nave única articulada en tres tramos, cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos. Su exterior reviste el mayor interés por su decoración mudéjar. El testero se ornamenta con fajas de esquinillas simples y a tresbolillo y presenta un vano en arco de medio punto de doble rosca. La fachada principal, a los pies de la iglesia, se decora con bandas de esquinillas simples y a tresbolillo y un friso de hexágonos. Sobre la puerta de entrada en arco de medio punto de grandes dovelas, se dispone una ventana adintelada barroca.

La torre de planta octogonal conserva escalera interior de caracol. Su cuerpo inferior, posible alminar musulmán, se decora con fajas de esquinillas simples y a tresbolillo, y con bandas de cruces y hexágonos rehundidos. El cuerpo superior, donde se alojan las campanas, presenta un vano en arco de medio punto de doble rosca por cada uno de los lados de la torre, bajo los que se sitúan hornacinas con bustos de significado desconocido. Muestra también diferentes elementos ornamentales renacentistas.

Morería y Señoría. La morería o Señoría de Saviñán sería expropiada a Antón de Luna, de la rama de Almonacid de la Sierra, valedor de los derechos del Jaime II de Urgel, conde de Urgel, uno de los candidatos al trono de Aragón, tras el fallecimiento sin descendencia legítima de Martín I. El 2 de mayo de 1416 Alfonso V, hijo de Fernando de Trastámara, elegido rey de Aragón en el Compromiso de Caspe, donó sus derechos sobre la Señoría de Saviñán a Hernando de Sayas y a Gracia Fernández de Funes.

            El 7 de abril de 1434 tenía lugar la venta de la morería y señorío de Saviñán por 35.000 sueldos, a favor de la Comunidad de Aldeas de Calatayud, que había sido otorgada por Gracia Fernández de Funes, viuda de Hernando de Sayas y tutora de los hijos de ambos, por el testamento de su marido, otorgado en Calatayud el 20 de febrero de 1433.

            Desde entonces la Comunidad de Aldeas de Calatayud debió arrendar sus rentas y derechos de la Señoría de Saviñán por un tiempo determinado, con una serie de condiciones que se plasmaban en los sucesivos contratos. El primer arrendamiento conocido data de 1603-1609.

Archivo Municipal de Calatayud (AMC): Legajo 2, Legajo de la Comunidad de Calatayud, año 1621. Copia en Legajo 4. En Corral Lafuente, J. L. (2012): La Comunidad de Aldeas de Calatayud en la Edad Media, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, apéndice documental.

Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, legajo 0042, nº 029.

Tobajas Gallego, F. (2021): «Algunos arrendamientos de la Señoría de Saviñán», Cuarta Provincia 4, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud.

Nueva fábrica. La nueva fábrica de la iglesia de San Miguel de la Señoría se levantará a partir de una comanda de 30.000 sueldos, del 14 de abril de 1577, entre Juan Martínez de Salamanca, que haría el retablo, y Juan de Campos, obrero de villa, responsable de la obra, ambos vecinos de Calatayud, con el procurador general de la Comunidad de Calatayud. Juan Martínez de Salamanca era el fundador del taller de escultura más importante de Calatayud. La obra más importante de Juan de Campos sería esta iglesia y torre de la Señoría de Saviñán.

En la capitulación para levantar la iglesia de San Miguel, se decía que se habían de derribar «los arcos y edificios que están sobre ellos, y descombrar y quitar toda la tierra para abrir fundamiento en la delantera», con un ancho de tres ladrillos. Cabe pensar que la mezquita musulmana se acondicionaría para pasar a ser iglesia cristiana, tras la conversión forzosa de 1526. Parece ser que el cuerpo inferior de la torre octogonal sea un alminar mudéjar del siglo XV o principios del XVI, que terminaría en terraza, y el superior sea el añadido en 1577. Derribada la vieja iglesia, se levantaría la actual, que ahoga y empequeñece a la torre.

Según la capitulación, el cimiento se cerraría con cal y piedra hasta la superficie, sobre el que iría la delantera de la iglesia de ladrillo, «asta encima del fontespicio de la portada», sobre la que iría la tapia con su «caracostra» de un palmo de gruesa, hasta una altura de doce varas. La pared tendría un grosor de ladrillo y medio. Los cimientos para los tres arcos debían tener tres ladrillos de ancho y cuatro ladrillos de largo. Los estribos o contrafuertes serían de ladrillo y medio de gruesos. Se tomaría toda la pared de la fachada, saliendo al interior con ladrillo y medio, para que fueran más fuertes. Desde un estribo a otro «an de bolver sus arcos de ladrillo, pa que no les de a las paredes tanta fatiga de carga».

La «cabeca tiene de onda cinco baras i media, y de ancha ocho baras». Sus cimientos serían de tres ladrillos de grueso, cerrándose con cal y piedra. Sobre él se levantarían dos varas de alto de mampostería, «porque el río no le pueda azer daño», sobre la que iría la tapia con su «caracostra». En las esquinas irían dos contrafuertes, que tendrían «de salida» cinco palmos y tres ladrillos de grueso. La sacristía sería de quince pies de ancha y doce de larga. Sobre los cimientos se levantarían dos varas de alto de mampostería, como en la fachada, y luego la tapia con su «caracostra». El suelo sería de «dobleros labrados». La sacristía debía lucirse y hacerle su ventana. En las dos esquinas de la cabecera por la parte de dentro, se debían hacer dos pilares de ladrillo, con ladrillo y medio de frente y dos ladrillos de tabla, sobre los que iría un arco perpiaño, llamado así porque forma un resalto en la pared inferior del cañón de la nave, para que «de allí a dentro se vuelva un cruzero», con cornisa y arquitrabe. Debía enladrillarse la capilla y hacer la puerta de la sacristía. Las gradas serían de azulejos y guarnición de madera. Sobre los tres arcos se debían colocar las vigas con «dobleros deziochenos cepillados a esquina biba», y entablarlo con «ripias» o tablas cepilladas. Sobre ellas se echarían dos dedos de yeso, sobre el que iría la teja. Se debía hacer también un púlpito de yeso donde mejor pareciera, y «que se cabecee la torre hasta la cumbre del tejado de la yglesia, y de allí arriba se haga su architería y alare donde se haga su rafe de rejola y algez. Y se haga un chapitel de hoya de Flandes, como mejor esté».

La portada se haría con ladrillo y yeso, con sus pedestales salientes, sus columnas y una medalla de San Miguel, que sería posiblemente de piedra caliza, como parecen ser los tondos que decoran la torre. Desde el frontispicio se levantaría la tapia con su «caracostra». La puerta sería de madera. La iglesia se luciría y se enladrillaría.

La tercera parte de la obra se pagaría al maestro al tiempo del contrato, el otro tercio a la mitad de la obra y el último una vez acabada la obra y dada por buena. El maestro pondría un oficial y la Comunidad otro, para que vieran el cumplimiento de las obligaciones del contrato. La obra debía terminarse antes de finales de agosto de 1577.

También se estipulaba que si en los cimientos saliera agua, se debían hincar espesas unas estacas de olmo de diez palmos de largo. Las cabezas de las estacas debían quedar a la misma altura y fuera del agua, sobre las que se echarían piedras y cal, bien pisadas con pisón, cubriéndolo con losas. Así debían hacerlo en todos los pilares.

Juan Martínez de Salamanca debía hacer «un retablo pintado, dorado, con el bulto del señor Sanct Miguel, conforme al de la Señoría de Terrer».

El precio convenido de la obra era de 17.000 sueldos jaqueses, firmando Pedro Luzón, procurador general de la Comunidad, y Juan de Campos. El retablo costaría los 13.000 sueldos restantes.

En 1957 Abbad Ríos encontró en la sacristía de esta iglesia de la Señoría, una imagen de San Miguel «en madera policromada, muy bien conseguida, de la segunda mitad del siglo XVI», que sería lo único conservado del retablo de 1577.

El retablo de Terrer, del que se tomó copia para el de San Miguel, se agrandó en el siglo XVIII, siendo de este siglo el banco y los pisos inferiores, y el resto del XVI.

Acerete Tejero asegura que el de San Miguel de Saviñán, se «trataría de un retablo con abundantes relieves y pequeñas figuras, muy en la línea del que hiciera para Sisamón», obra también de Juan de Salamanca.

En 1597 el obrero de villa Pedro de Campos, vecino de Paracuellos de la Ribera, firmaba una capitulación con el Concejo de la Señoría de Saviñán para levantar un molino de aceite.

Abbad Ríos, F. (1957): Catálogo monumental de España. Zaragoza, C.S.I.C., Madrid, 408-409.

Acerete Tejero, J. M. (2001): Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud en el siglo XVI, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud.

Sanmiguel Mateo, A. (1998): Torres de ascendencia islámica en las comarcas de Calatayud y Daroca, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 446 y 480.

Juan Calavera. En 1460 la morería de Saviñán estaba rodeada de muros con puertas. En la plaza de la morería se localizaban la mezquita, el horno y las casas del alamín. En el fogaje de 1495 Saviñán cristiano aparece con 43 fuegos y la morería con 46 fuegos. Tras la conversión forzosa de los musulmanes aragoneses en 1526, serían conocidos como cristianos nuevos o moriscos.

El 17 de abril de 1610, Felipe III firmó en Valladolid la orden de expulsión de los moriscos aragoneses. Según el censo del virrey Gascón de Moncada, marqués de Aytona, de Saviñán salieron unos seiscientos moriscos de las ciento veinte casas censadas. Para organizar la expulsión, los moriscos de varios lugares se agrupaban en un «tránsito», que debían seguir un itinerario establecido para ir a embarcar a los Alfaques. En el nº 26 se agruparon los moriscos de Purroy, Morés y Saviñán, desde donde partieron hacia Alpartir, Paniza, Azuara, Lécera, Samper, Caspe y Maella, último lugar de Aragón.

Marcos de Guadalajara señalaba que el comisario Martín de Aedo había conducido hasta la frontera de Navarra a ochenta y nueve familias de Saviñán y veinticuatro de Purroy. El infanzón y familiar del Santo Oficio de El Frasno, Juan de Garay, fue nombrado por el virrey para «sacar a los moriscos de los lugares de Saviñán y Purroi».

Juan Calavera fue un morisco de la Señoría de Saviñán expulsado en 1610, del que se conserva una copla en la que se despide de los términos de Saviñán al tiempo de su partida. Paterno Pina Pérez apuntaba en su libro Canto a mi tierra una variante de esta copla, que dice:

 

                        Adiós a los Valdemoros

                        y también la vega nueva.

Quédate con Dios Trasmón,

que se va Juan Calavera.

 

            En 1957, al desmontar el tejado de una casa de la calle de Santa María, aparecieron dos manuscritos en caracteres árabes. Uno de ellos era una traducción aljamiada de algunos capítulos del «Muhtasar» de Al-Tulaytulí («el Toledano»). Estos dos códices de Saviñán habían permanecido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza. Allí los encontró Ángel Canellas en 1981, quien los depositó en el Departamento de Árabe de esta Facultad.

            Archivo Municipal de Calatayud, Notario Francisco Labrid, Libro 0001074, s.f.

Bosch Vila, J. (1957): «Dos nuevos manuscritos sueltos de moriscos aragoneses», Al-Andalus, 436-470.

Cervera Fras, M. J. (1987): La plegaría musulmana en el «Compendio de Al-Tulaytuli», Institución Fernando el Católico, Zaragoza.

García Marco, F. J. (1993): Las comunidades de Calatayud en el siglo XV, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud.

Guadalajara y Xavier, M. (1615): Memorable expulsión y iustissimo destierro de los moriscos de España, Pamplona, 42.

Reglá, J. (1974): Estudios sobre los moriscos, Ariel, Barcelona, 181.

Serrano Montalvo, A. (1995-1997): La población aragonesa según el fogaje de 1495, I, II, Institución Fernando el Católico, Zaragoza.

Tobajas Gallego, F. (2002): «La copla de Juan Calavera», Trébede 64, Zaragoza

– (2005): La Morería y Señoría de Saviñán, Jigí Seme.

-(2016): «La Inquisición y los moriscos de Saviñán», IX Encuentro de Estudios Bilbilitanos, (Calatayud 2015), I, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 285-300.

            Nueva carta de población. La nueva carta de población de la Señoría de Saviñán está fechada el 29 de mayo de 1612, otorgada por el procurador general de la Comunidad de Calatayud, Juan Pérez Domínguez, figurando cincuenta pobladores, que a cinco personas, dan una cifra aproximada de 250 almas.

            La Comunidad de Aldeas de Calatayud se extinguió en 1836, pasando sus bienes a sus acreedores. Según se anota en el Libro cuarto de San Miguel, el 12 de abril de 1841, por mandato de la Regencia de España, se habían unido los dos pueblos en cuanto a sus vecinos, por lo que los de la Señoría habían pasado a ser de Saviñán, aunque sujetos a su parroquia de San Miguel hasta que se determinara.

El último vicario de San Miguel sería mosén Faustino Yepes Gumiel, fallecido en 1879.

Diarte Lorente, P. (2017): El final de las Comunidades históricas aragonesas, Doce Robles, Zaragoza.

Fuente Cobos, C. de la (2000): «Las Señorías de Terrer y Sabiñán en el siglo XVII», V Encuentro de Estudios Bilbilitanos, (Calatayud 1997), Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 283-291.

            Capilla de la Virgen del Carmen. Conocemos muy poco de los retablos de la iglesia de San Miguel. En la visita pastoral de 1713 se pedía que se compusiera el altar de Nuestra Señora y en otra visita de 1766 se citaba a la derecha de la iglesia el altar de San Juan. Probablemente ya en el siglo XVIII se abrirían dos capillas, una a cada lado, a modo de los brazos de un crucero de planta cuadrada. La capilla de la izquierda, dedicada a la Virgen del Carmen, se cubriría con cúpula sobre pechinas pintadas y linterna. El primer enterramiento que encontramos en esta capilla data de 1758.

En la Consueta de la parroquia de San Pedro de 1961 se decía que el 7 de julio comenzaba la novena a la Virgen del Carmen. El día 15, después de la novena, se cantaba la salve. Al día siguiente, a las ocho y media, se celebraba una misa y a las diez y media la misa de la fiesta. A las siete de la tarde tenía lugar el ejercicio, con plática a cargo del predicador, salve cantada y ángelus. Para estas fechas se celebraban verbenas en la Señoría.

Salvador Labastida, coadjutor de la parroquia de San Pedro de Saviñán, predicó el día de San Roque de 1922 un largo sermón. En él se decía que las Ordinaciones de la Cofradía de la Virgen del Carmen databan de 1739, aunque no se conservan en el Archivo Parroquial.

Tobajas Gallego, F., 2005, op. cit.

            Nuevo retablo mayor. Muy deteriorado el primer retablo de San Miguel, debido a las abundantes inundaciones del río Jalón, en el siglo XVIII se hizo un nuevo retablo de estilo neoclásico y de orden corintio, con una muy lograda imagen en madera de San Miguel, datada hacia 1784, posiblemente obra de Carlos Salas o «resultado de la labor de artífice de su taller o de escultores que lo tomaron como modelo». Esta imagen es lo único que se conserva del retablo neoclásico. Se trasladó a la parroquia de San Pedro.

En el nº de Navidad de 1977 del boletín del Centro J.Y.M.U., Cauce y Caudal, se informaba de la restauración parcial de esta iglesia, a iniciativa del entonces párroco José Pérez Ratia. Entonces se consolidaron y restauraron los muros laterales, renovándose las cubiertas. Entonces debió eliminarse la capilla de la derecha, que servía de sacristía, debido a su deterioro.

En el Archivo Parroquial se conservan unas cuentas de las obras de San Miguel, sin indicar el año ni las fechas. Los ingresos ascendieron a 970.436,45 pesetas. Los fondos al comienzo de las obras eran de 102.627 pesetas. En el cepillo de Cáritas se recogieron 90.139 pesetas. Los vecinos entregaron en la colecta 144.350 pesetas. De  cajetas, lampadario y bandejas se consiguieron reunir 447.297,45 pesetas. De subvenciones del Ministerio de Vivienda en 1976 hay apuntadas 48.652 pesetas y 97.371 pesetas en 1977. La aportación de la Diócesis fue de 40.000 pesetas. Los gastos totales ascendieron a 969.268 pesetas.

            El 26 de enero de 1987 el obispo de Tarazona donó esta iglesia al Ayuntamiento de Saviñán (que lo había solicitado por carta del 20 de noviembre de 1986), para destinarla a actividades socio-culturales. En ella se han llevado a cabo diferentes fases de restauración y consolidación. En el año 2000 se llevó a cabo un recalce de la cimentación, mediante inyección de hormigón. Recientemente se han restaurado los contrafuertes y la cubierta de la torre.

Gobierno de Aragón. Departamento de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes. División General de Vivienda y Rehabilitación. Servicio de Arquitectura y Rehabilitación, ES/AACA- 001452. Restauración y rehabilitación, proyecto, proyecto modificado y expediente administrativo. Saviñán, iglesia parroquial de la Señoría, 1998-2002.

Morales Marín, J. L. (1977): Escultura aragonesa del siglo XVIII, Librería General, Zaragoza, 77.

                Tobajas Gallego, F. (2015): «Iglesia de San Miguel», Enebro 85, Saviñán.